La posible salida de Samsung representaría un duro golpe para la industria manufacturera mexicana, afectando miles de empleos en sus plantas clave de Tijuana, la más grande del mundo en producción de pantallas, y de Querétaro, donde fabrica electrodomésticos. La empresa ha pausado nuevos proyectos de inversión a la espera del fallo de la SCJN. En un comunicado oficial, Samsung ha manifestado su intención de buscar una “resolución constructiva a este tema mediante un diálogo continuo y colaborativo con el Gobierno de México”, reafirmando su compromiso con el país, pero la amenaza de trasladar sus operaciones a otro país de América si el fallo es desfavorable persiste.