La consultora destacó que esta estimación, que considera periodos sin datos gubernamentales publicados y correcciones, subestima el costo total, ya que no incluye gravámenes adicionales sobre acero y aluminio, ni las importaciones provenientes de Europa o Asia.
Patrick L. Anderson, director ejecutivo de AEG, advirtió que esta es una “enorme factura arancelaria” para una industria con producción altamente integrada en Norteamérica. Anderson consideró que “es imposible que los fabricantes de automóviles y los proveedores absorban solos 10 mil millones de dólares”, y anticipó que “los consumidores y los trabajadores asumirán parte de estos costos” en los próximos meses. Actualmente, los vehículos que no cumplen con las reglas de origen del T-MEC pagan un arancel del 25% sobre los componentes no estadounidenses, lo que resulta en un arancel promedio del 15%, mientras que las autopartes que no cumplen con el tratado pagan un promedio del 27%. Esta presión arancelaria ya ha provocado una caída del 3.29% en las exportaciones automotrices mexicanas, un sector que hasta ahora lideraba los envíos del país.













