En respuesta a la propuesta legislativa para aumentar los impuestos a las bebidas azucaradas, la Industria Mexicana de Coca-Cola anunció un acuerdo con el gobierno de México para reducir en un 30% las calorías de sus refrescos y garantizar que las versiones sin azúcar sean más económicas que las regulares. Este compromiso, presentado en la Cámara de Diputados, forma parte de una estrategia para combatir el consumo excesivo de azúcar en el país. Roberto Campa Cifrián, director de Asuntos Corporativos de FEMSA, detalló que la reducción calórica se implementará de manera escalonada, comenzando por las presentaciones de mayor tamaño. El objetivo es que, en un plazo máximo de un año, el 70% del volumen de refrescos comercializado en México tenga una formulación con menos calorías por mililitro. Además, la compañía se comprometió a rediseñar su estructura comercial para incentivar el consumo de opciones bajas o sin calorías.
“Nuestro objetivo es claro: que las bebidas sin calorías tengan un precio menor que las equivalentes con calorías”, afirmó Campa. Este movimiento responde directamente a la reforma del IEPS, que no solo incrementa el impuesto a bebidas azucaradas, sino que también establece un nuevo gravamen para aquellas con edulcorantes no calóricos.
Como parte del acuerdo, la empresa también reforzará sus políticas de publicidad responsable, eliminando la presencia de menores de 16 años en su publicidad y priorizando la promoción de sus versiones sin azúcar, como Coca-Cola Zero, que será el producto central de su comunicación rumbo al Mundial 2026.
En resumenAnte la presión fiscal, Coca-Cola acordó con el gobierno mexicano una estrategia integral: reducirá en 30% las calorías de sus refrescos, hará más baratas sus versiones sin azúcar y reforzará su publicidad responsable. Esta medida busca alinearse con los objetivos de salud pública y mitigar el impacto de los nuevos impuestos a bebidas azucaradas.