Además, el análisis subraya que esta cifra subestima el impacto total, ya que no incluye aranceles separados sobre el acero y el aluminio, ni las importaciones desde Europa o Asia. La situación se enmarca en un contexto donde los vehículos que no cumplen con las reglas de origen del T-MEC pagan un arancel del 25% sobre los componentes no estadounidenses, mientras que las autopartes que no cumplen enfrentan un arancel promedio del 27%.