Una vez superado esto, ya habrá camino abierto y cielo despejado para lo que sigue”, afirmó Hauser.
A pesar de la cautela, el directivo reiteró la visión a largo plazo de las empresas alemanas, destacando la posición estratégica de México. “Yo no veo que haya un competidor serio para México en cuanto a su relevancia en el mercado de Estados Unidos.
Entonces, todo sigue a favor de México”, indicó.
Además de la tensión comercial, otro factor que preocupa a los empresarios alemanes es la reforma judicial en México, cuyo alcance aún no está claro. Sin embargo, Hauser no cree que esta reforma, ni la Ley de Amparo, detengan la inversión alemana, aunque reconoció que la inseguridad sigue siendo un factor de costo.
Representantes de organismos europeos coincidieron en que, si bien hay interés en invertir en sectores como el ferroviario y energético, se necesita mayor claridad regulatoria para concretar los proyectos.













