“Podemos trabajar con ellos para convertirlo en positivo”, sostuvo González.
El plan estratégico de GAC consiste en utilizar a México como base para administrar sus operaciones en América Latina y aprovechar su acceso al mercado de Estados Unidos. La compañía ya se encuentra en una fase activa de análisis para determinar la ubicación idónea de la futura planta, evaluando zonas en el Estado de México, el Bajío y el norte del país. Aunque un proyecto de esta magnitud suele tomar hasta cinco años, la capacidad de inversión de la corporación china podría permitir que se concrete en un plazo mucho menor. Esta movida refleja una tendencia en la que las marcas chinas, que han impulsado significativamente la venta de autos eléctricos en México, buscan consolidar su presencia a través de la producción local para mitigar riesgos comerciales.












