La incertidumbre ha consolidado al oro como el principal activo de refugio, llevándolo a romper récords históricos.
Durante las últimas semanas, el peso mexicano ha experimentado una notable volatilidad.
La moneda se apreció, registrando su mayor ganancia semanal desde septiembre, cuando los mercados especularon que Estados Unidos no impondría los aranceles del 100% a China.
Sin embargo, también sufrió depreciaciones en jornadas donde las tensiones resurgieron.
Por su parte, el oro ha sido el gran ganador del nerviosismo global, superando por primera vez los 4,300 dólares por onza y encaminándose a su mayor avance semanal desde la crisis financiera de 2008. Analistas de HSBC y ANZ proyectan que el metal podría alcanzar los 5,000 y 4,600 dólares por onza, respectivamente, en 2026, citando la incertidumbre geopolítica y la debilidad del dólar. La plata también alcanzó un máximo histórico de 54.47 dólares la onza. En los mercados bursátiles, la reacción ha sido mixta; Wall Street y la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) han subido ante noticias de posibles diálogos entre las potencias, pero han retrocedido ante la amenaza de nuevas tarifas, demostrando que la política comercial se ha convertido en el principal barómetro del sentimiento de los inversionistas.













