Esto implica una sustitución real de importaciones, principalmente de Asia, para fortalecer las cadenas de valor norteamericanas. Por su parte, Estados Unidos ha dejado claro que buscará endurecer las reglas de origen, especialmente en el sector automotriz.

La incertidumbre generada por este escenario ya está teniendo consecuencias tangibles.

La Cámara México-Alemana de Comercio e Industria (Camexa) informó que las empresas alemanas han puesto en pausa sus inversiones en México a la espera de mayor claridad sobre el futuro del T-MEC. Asimismo, sindicatos independientes han solicitado que el Mecanismo Laboral de Respuesta Rápida se amplíe para cubrir a trabajadores en EE. UU. y Canadá, y a sectores como el agrícola, demostrando que las implicaciones de la revisión van más allá de lo puramente comercial.