Las empresas alemanas han puesto en pausa sus decisiones de nuevas inversiones en México, a la espera de mayor claridad sobre el futuro del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y los riesgos regulatorios y arancelarios. Así lo afirmó Johannes Hauser, director general de la Cámara México-Alemana de Comercio e Industria (Camexa), quien describió el ambiente de negocios como “ni eufórico ni negativo”, pero sí marcado por la cautela. Según Hauser, aunque la confianza de las empresas alemanas se mantiene a largo plazo, el entorno actual ha generado un freno temporal en los flujos de capital. “Actualmente se ha parado un tantito por temas de arancel y todo esto, pero no es un fenómeno permanente.
Una vez superado esto, ya habrá camino abierto y cielo despejado para lo que sigue”, expresó.
El directivo señaló que, a pesar de la incertidumbre, México sigue siendo un socio atractivo y sin un “competidor serio” en cuanto a su relevancia para el mercado de Estados Unidos. Sin embargo, factores como la reforma judicial y la inseguridad, aunque no han provocado desinversiones, sí representan un costo adicional y aumentan el ambiente de riesgo, obligando a las compañías a ser más cuidadosas con sus decisiones de expansión. Representantes europeos también pidieron mayor claridad en la regulación de sectores clave como el energético para concretar proyectos e inversiones, subrayando que las “buenas intenciones” deben traducirse en acciones prácticas y certidumbre jurídica para que la relación económica entre México y la Unión Europea se fortalezca.
En resumenLa pausa en las decisiones de inversión por parte de empresas alemanas es un claro indicador de cómo la incertidumbre en la política comercial y las reformas regulatorias internas están afectando la confianza de los inversionistas. Aunque el atractivo estratégico de México a largo plazo no se cuestiona, la falta de claridad en el corto plazo está moderando el flujo de capital.