Sin embargo, no todas las empresas han reaccionado de la misma manera.
GAC Motors, por ejemplo, ve la coyuntura como una oportunidad para acelerar sus planes de construir una planta local. Sergio González, director comercial de la empresa, afirmó que el posible incremento de aranceles ha impulsado a la corporación a considerar la implementación de su proyecto en el corto plazo, en lugar del mediano plazo previsto originalmente. “Podemos trabajar con ellos para convertirlo en positivo”, sostuvo González, refiriéndose a la posibilidad de colaborar con el gobierno.
Para GAC, establecer producción en México no solo le permitiría evitar aranceles, sino también consolidar al país como su centro de operaciones para toda América Latina y, eventualmente, exportar a Estados Unidos.
Esta dualidad de respuestas evidencia cómo la amenaza arancelaria está reconfigurando las estrategias de las automotrices chinas en la región.













