Esta nueva política arancelaria ha generado una fuerte incertidumbre entre las empresas chinas con planes de inversión en México.
Armadoras como BYD y GAC Motors, que habían anunciado su intención de establecer plantas de producción en el país, ahora han frenado o están reevaluando sus proyectos. Según Pola Grijalva, presidenta de la China Chamber México, los aranceles proyectados, que superan el 35% para automóviles y autopartes, reducen considerablemente el atractivo de México como destino de inversión. "Si México no da una certidumbre de mediano y largo plazo no tenemos los escenarios correctos para hacer una evaluación económica y financiera de viabilidad del proyecto", advirtió. Por su parte, Sergio González, director comercial de GAC Motors, indicó que la empresa ve la coyuntura como una oportunidad para acelerar sus planes de instalar una planta local, aunque reconoció que el entorno es complejo. La presidenta Claudia Sheinbaum ha señalado que la propuesta de aranceles del 50% será analizada con mayor rigor, en un intento por equilibrar la protección industrial con la atracción de inversión extranjera.













