El presidente del Consejo Administrativo de Grupo Industrial Monclova (GIMSA), Gerardo Benavides Pape, señaló que “con la incertidumbre nadie quiere hacer un pedido que se entregará en 60 días”, lo que ha provocado una contracción en la demanda industrial. De manera similar, la industria textil en Tehuacán ha suspendido exportaciones a Estados Unidos a la espera de “reglas claras”, según Roberto Chávez de la Canaive. En Guanajuato, el presidente del Clúster Automotriz, Rolando Alaniz Rosales, afirmó que 33 proyectos de inversión extranjera están en pausa.

A pesar de la inquietud empresarial, funcionarios mexicanos han proyectado optimismo.

El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, aseguró que las conversaciones previas a la revisión del T-MEC presentan un avance del 90%, mientras que el embajador en Estados Unidos, Esteban Moctezuma, calificó las negociaciones sobre aranceles como “muy saludables”. Este contraste entre la cautela del sector privado y el optimismo del gobierno subraya la complejidad del momento, donde la falta de certeza jurídica y comercial se ha convertido en el principal obstáculo para la reactivación económica.