Esta situación es especialmente difícil para México, un país que es importador natural del metal.
A pesar de que el sector produce más de 24 millones de toneladas anuales y exporta el 60%, principalmente a Estados Unidos, el crecimiento para 2025 podría ser nulo tras una década de avances de dos dígitos. La justificación de “seguridad nacional” para estos aranceles podría estar relacionada con el uso estratégico del aluminio en aplicaciones militares, como blindajes y cohetes. En Monclova, una región fuertemente dependiente de la industria metalúrgica, los aranceles al acero mexicano son uno de los principales factores que han impactado la economía local, frenando la colocación de pedidos en el mercado estadounidense. Gerardo Benavides, presidente de Grupo Industrial Monclova (GIMSA), reconoció la complejidad de la situación, aunque confía en que la región podrá recuperarse. Por su parte, en el Foro Regional de Consulta del T-MEC en Puebla, el presidente de Canacintra, Carlos Sosa Spínola, indicó que el sector metalmecánico es uno de los más golpeados por estos aranceles, ya que son insumos clave para la fabricación de autopartes y otros productos de exportación.













