En respuesta, Arca Continental, uno de los principales socios de Coca-Cola, estimó que el alza de precios para el consumidor final sería de entre 8% y 10%, sin contar la inflación. Arturo Gutiérrez, director general de la empresa, declaró: “Estimamos que ese aumento probablemente estaría entre el 8% y el 10%.

Y a eso tendríamos que añadir la inflación después”.

Por su parte, Coca-Cola FEMSA anunció que pondrá en pausa proyectos de inversión, como la construcción de nuevos centros de distribución, ante la previsible caída en el volumen de ventas. Ian Craig, director de la embotelladora, señaló que “lo peor que podemos hacer si el volumen disminuye es instalar los centros y que estos sean improductivos”. La preocupación se extiende a otras empresas como Cooperativa Pascual, que advirtió que el aumento podría contraer sus ventas hasta en un 60%, poniendo en riesgo 4,500 empleos y frenando la apertura de una nueva planta en Tamaulipas.

Incluso Genomma Lab analiza subir el precio de su bebida Suerox.