Este fenómeno no se limita a la manufactura tradicional.

En el sector tecnológico, la taiwanesa TSMC planea construir cinco plantas de chips en Estados Unidos, e Inventec, fabricante de servidores de IA, invertirá 85 millones de dólares en plantas en Texas. Estas decisiones, aunque benefician a la economía estadounidense, evidencian cómo los aranceles están reconfigurando las cadenas de valor globales, en algunos casos a costa de las operaciones previamente establecidas en México.