Esta acción representa una escalada en las tensiones bilaterales en materia de aviación.

Las rutas afectadas incluyen trayectos clave desde el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) hacia destinos como Houston, Nueva York y Los Ángeles, así como desde el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) a San Juan y Newark. La medida tuvo un impacto inmediato en los mercados, provocando una caída de hasta el 5% en las acciones de Volaris. La decisión se produce a solo ocho meses del Mundial de Futbol 2026, lo que genera una gran preocupación en el sector turístico y aéreo mexicano, ya que el turismo estadounidense representa el 70% de los viajeros internacionales que llegan al país. En respuesta, la presidenta Claudia Sheinbaum instruyó al secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente, para buscar una solución diplomática con su homólogo estadounidense, Marco Rubio.