Aunque teóricamente las empresas pagan estos derechos, la carga final es más compleja.

Un análisis de Goldman Sachs reveló que, hasta agosto, las compañías habían absorbido el 51% de los costos, trasladado el 37% a los consumidores y el 9% a sus proveedores.

Grandes corporaciones han transparentado estos impactos: Nike espera pagar 1,500 millones de dólares en costos arancelarios en su actual ejercicio fiscal, Mattel estima 100 millones, Raytheon pagó 220 millones en el tercer trimestre y General Motors prevé entre 3,500 y 4,500 millones para este año.

Las empresas se muestran renuentes a transferir la totalidad del costo a los compradores, en parte porque sus márgenes de ganancia son más sanos que en 2018 y porque esperan que los aranceles sean temporales. Sin embargo, ejecutivos como Timothy Spence, de Fifth Third Bank, han dejado claro que la intención a largo plazo es “volver a los márgenes anteriores”, lo que “significaría que, con el tiempo, verán continuas subidas de precios como mecanismo para trasladar el costo”.