La posible tregua en la guerra arancelaria entre las dos mayores economías del mundo redujo la demanda de activos de refugio como el oro, que vio caer su precio. El optimismo se desató ante la expectativa de la reunión entre los presidentes Donald Trump y Xi Jinping en Corea del Sur.
Previamente, delegados de ambos países alcanzaron un “consenso preliminar” en Kuala Lumpur sobre temas clave como controles a la exportación, fentanilo e impuestos al transporte marítimo. Como señal de distensión, China realizó su primera compra de soya estadounidense de la temporada. Los mercados reaccionaron de forma inmediata y positiva: los principales índices de Wall Street, como el Nasdaq y el S&P 500, alcanzaron nuevos máximos históricos. En México, el peso se apreció y la Bolsa Mexicana de Valores registró un alza de 1.17%. En contraste, el oro, un activo tradicional de refugio, retrocedió casi un 2%, perdiendo parte de su atractivo ante la disminución de la incertidumbre geopolítica. Este movimiento en los mercados refleja la alta sensibilidad de la economía global a las tensiones comerciales, donde cualquier señal de acuerdo puede desencadenar un mayor apetito por el riesgo entre los inversionistas.













