El ministro de Finanzas, François-Philippe Champagne, calificó las decisiones de las automotrices como “inaceptables y contrarias a sus obligaciones legales con Canadá y los trabajadores canadienses”. La sanción responde directamente a la decisión de Stellantis de trasladar la producción del Jeep Compass a Illinois y al cese de la fabricación de las vans eléctricas BrightDrop de GM en Ingersoll, Ontario. El primer ministro Mark Carney reforzó la postura, declarando: “No vamos a permitir un acceso injusto a nuestro mercado mientras enfrentamos barreras para ingresar al de EU”.

Esta acción subraya la creciente disposición de Canadá a utilizar medidas comerciales para proteger su industria automotriz local frente a las estrategias de producción de las grandes armadoras.