Volkswagen, el principal fabricante automotor europeo, registró su primera pérdida neta desde la pandemia, reportando números rojos por 1,244 millones de dólares en el tercer trimestre, en contraste con un beneficio de 1,861 millones en el mismo periodo del año anterior. La compañía atribuyó este resultado a los aranceles estadounidenses, que pasaron de 2.5% a 27.5% en abril antes de ser reducidos al 15% en agosto, y a los costos de su transición hacia vehículos eléctricos. Por su parte, Nissan anunció que prevé una pérdida operativa de 275 mil millones de yenes (unos 1,800 millones de dólares) para su ejercicio fiscal 2025-2026, citando el impacto de los aranceles, los tipos de cambio y los riesgos en las cadenas de suministro. Iván Espinosa, CEO de Nissan, confirmó que la reestructuración de la empresa, que incluye el cierre de plantas como la de Morelos, responde en parte a la necesidad de adaptarse a un entorno comercial cambiante y complicado. Toshihiro Suzuki, presidente global de Suzuki, también reconoció que la influencia de los aranceles de Trump "todavía se siente directa e indirectamente", obligando a la industria a ser cautelosa.