Sin embargo, las propias empresas advierten que esta estrategia no es sostenible a largo plazo y presiona sus márgenes de ganancia.

Desde que la administración de Donald Trump comenzó a imponer aranceles, el Departamento del Tesoro ha ingresado unos 30 mil millones de dólares mensuales adicionales.

Aunque teóricamente las empresas pagan estos costos al importar, la carga final se distribuye. Según datos de Goldman Sachs, hasta agosto, las empresas habían absorbido alrededor del 51% de estos costos, trasladando solo el 37% a los consumidores y el 9% a sus proveedores. Empresas como Nike, Mattel, Raytheon y 3M han reportado costos arancelarios de cientos de millones de dólares. General Motors, por ejemplo, previó pagar entre 3,500 y 4,500 millones de dólares en aranceles este año, lo que redujo sus márgenes en Norteamérica del 9% al 6.2%.

Un analista de Boston Consulting Group (BCG) resumió el dilema: "las empresas quieren mantener los precios bajos, pero saben que los inversionistas no aceptarán márgenes más estrechos por mucho tiempo". Esta situación sugiere que, aunque los consumidores han sido protegidos parcialmente, es probable que el alivio sea temporal y que las empresas pronto deban trasladar estos costos al público o ajustar sus operaciones para mantener su rentabilidad.