La noticia fue recibida con optimismo en sectores directamente afectados por la guerra comercial.

Fabricantes de juguetes chinos, por ejemplo, reportaron que sus clientes en Estados Unidos, que habían suspendido pedidos debido a los altos aranceles, comenzaron a reactivar sus compras para el próximo año.

La distensión también tuvo un efecto positivo en los mercados financieros, donde el peso mexicano se apreció y las bolsas, como la de Wall Street, registraron avances.

Sin embargo, el alivio es visto con cautela.

Exportadores y analistas consideran que la tregua podría ser temporal, dada la inestabilidad de las negociaciones durante el último año. Aunque se espera que la reanudación de los envíos de chips de Nexperia a Europa forme parte de este acuerdo, otros puntos de conflicto, como los controles a la exportación de chips avanzados de IA de Nvidia y la venta de las operaciones de TikTok en EE.

UU., quedaron sin resolver.

Esta incertidumbre mantiene a las empresas en un estado de alerta, enfocándose en diversificar mercados, como Latinoamérica, para reducir su dependencia de la relación comercial entre las dos mayores economías del mundo.