Ambas compañías han reportado que las políticas arancelarias han generado costos adicionales y han contribuido a un entorno de incertidumbre que presiona sus operaciones y márgenes de ganancia. Apple presentó sus resultados del cuarto trimestre fiscal de 2025 en medio de preocupaciones por “el fantasma de los aranceles de Trump”. Aunque la compañía superó las expectativas de ingresos gracias a las sólidas ventas del iPhone 17, reconoció el impacto de las tensiones comerciales.

El CEO Tim Cook señaló que la empresa estimó costos arancelarios por 1,100 millones de dólares, una cifra que, aunque inferior a lo que se temía, evidencia una carga financiera directa. Por su parte, LG Electronics también informó que sus resultados del tercer trimestre se vieron afectados por los aranceles estadounidenses, además de una desaceleración en el mercado de vehículos eléctricos. La empresa surcoreana destacó que estos desafíos externos mermaron su rentabilidad, a pesar de que divisiones como la de electrodomésticos y soluciones para vehículos mostraron solidez. El impacto en estas multinacionales demuestra que la política arancelaria tiene un alcance transversal, afectando tanto a la producción de automóviles como a la de bienes de consumo electrónicos y de alta tecnología, alterando las cadenas de suministro globales y la planificación financiera de las corporaciones más grandes del mundo.