Dicha incertidumbre, impulsada en gran medida por la política estadounidense, genera efectos negativos en diversas regiones industriales de México. Por ejemplo, en Altamira se atribuye la pérdida de tres mil empleos a la inestabilidad generada por los aranceles de EE. UU., mientras que en Monclova, la galvanizadora de Ternium enfrenta un paro técnico presuntamente relacionado con aranceles a la importación de acero. En la frontera, la situación es igualmente tensa; la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos se prepara para analizar la legitimidad de los aranceles impuestos por Donald Trump bajo leyes de emergencia, una decisión que podría impactar severamente a las maquiladoras de Ciudad Juárez, que temen una fuga de empresas si se eliminan las barreras que hoy las hacen más competitivas que algunas naciones centroamericanas.