Consideran el acuerdo crucial para la producción automotriz y la competitividad regional frente a la política arancelaria de la administración estadounidense. En documentos presentados ante la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR) previo a la revisión formal del tratado en 2026, la industria automotriz ha manifestado su apoyo al T-MEC, aunque con sugerencias de cambios. Un grupo que representa a los tres grandes productores de Detroit —GM, Ford y Stellantis— afirmó que el acuerdo "permite a los fabricantes de automóviles que operan en Estados Unidos competir a nivel mundial a través de la integración regional, que ofrece ganancias de eficiencia" y representa "decenas de miles de millones de dólares en ahorros anuales". Argumentan que el pacto ha permitido mantener empleos, inversiones y cadenas de suministro en el continente, y su debilitamiento podría afectar la competitividad frente a Asia y Europa. Por su parte, Tesla y Toyota insistieron en la importancia de mantener reglas claras para la inversión en nuevas tecnologías, como la electrificación. La postura de la industria se da en un contexto donde las acciones de estas empresas han registrado caídas desde que el gobierno de EE.

UU. impuso una política arancelaria agresiva.

El Consejo Estadounidense de Política Automotriz (AAPC) también criticó que nuevos acuerdos comerciales con la Unión Europea, Japón y Corea del Sur, junto con los aranceles de las secciones 232 y 301, han creado desventajas competitivas para los fabricantes estadounidenses, ya que otros competidores pueden importar con menores tarifas.