Entre los factores clave que contribuyen a su desplome en ventas y al aumento de su deuda se encuentran los altos aranceles y los problemas en la cadena de suministro global. La situación financiera de la compañía es delicada.

En su último informe trimestral, Funko reportó una caída del 14.3% en sus ventas globales, con un descenso aún más pronunciado del 20.1% en Estados Unidos, su mercado principal.

La empresa acumula una deuda total de 241 millones de dólares y ha tenido que modificar sus acuerdos de crédito para evitar el incumplimiento.

En su comunicación a los inversionistas, Funko reconoció que existe una “duda sustancial” sobre su “habilidad para continuar como empresa en funcionamiento” sin una reestructuración o financiamiento adicional.

Los directivos de la firma atribuyen parte de esta crisis a factores externos, mencionando explícitamente los “altos aranceles y los cada vez más ajustados inventarios de los minoristas”. Este entorno se complica por una sobreproducción que ha saturado el mercado y ha generado fatiga entre los coleccionistas, quienes se sienten abrumados por la cantidad de lanzamientos y variantes. Ante este panorama, Funko está explorando “alternativas estratégicas”, que incluyen una posible venta de la compañía, mientras busca reenfocarse en líneas de productos más pequeñas y rentables para intentar revertir la tendencia negativa.