Tras meses de negociaciones, el Gobierno federal oficializó un ajuste arancelario a las importaciones de azúcar, con tasas que alcanzan hasta un 210.44% y un pago de garantía de hasta 545 dólares por tonelada. Esta acción responde a la demanda de los productores, quienes denunciaron que las importaciones masivas, principalmente de Guatemala, Brasil e India, provocaron una caída en el precio del azúcar nacional y pérdidas estimadas en 15 mil millones de pesos. La agroindustria de la caña reconoció a la presidenta Claudia Sheinbaum por la publicación del decreto, que modifica los aranceles a un 156%, describiéndolo como una medida que restablece un equilibrio roto por tres décadas. Sin embargo, la reacción del sector no ha sido unánime.

Mientras la Unión Nacional de Productoras de Caña se deslindó de las protestas y manifestó su acuerdo con el ajuste, otros grupos, como la Unidad Cañera Democrática, consideran la medida insuficiente. Estos productores han realizado bloqueos y plantones, como el ocurrido frente a la Secretaría de Agricultura, exigiendo apoyos económicos adicionales de 300 pesos por tonelada para compensar las pérdidas ya sufridas. Octavio Lizárraga, dirigente del Movimiento Cañero Permanente, argumentó que “el daño ya está hecho”, pues un millón 200 mil toneladas de azúcar importada ya se encuentran en el mercado nacional, lo que desplomará el precio de la caña para la próxima zafra.