Empresas como Volkswagen, Audi y Honda enfrentan una coyuntura adversa que ha provocado caídas en sus indicadores y ajustes en sus previsiones financieras.

La industria automotriz de Puebla, donde operan Volkswagen y Audi, atraviesa su año más tenso desde la pandemia.

Ambas armadoras acumulan diez meses consecutivos de caídas en sus exportaciones, un reflejo directo del arancel estadounidense que penaliza a los vehículos ensamblados fuera de su territorio. De enero a octubre de 2025, la planta de Volkswagen en Cuautlancingo registró una caída del 19.5% en sus exportaciones y del 16.3% en su producción. Audi, aunque menos afectada, también reportó una baja del 4% en exportaciones y del 1.9% en producción en el mismo periodo.

El Grupo de Marcas Core de Volkswagen reconoció que los aranceles de importación en EE.

UU. tuvieron un “impacto adverso significativo” en su resultado operativo.

Por su parte, Honda también ha resentido el golpe.

La compañía japonesa recortó sus previsiones de beneficios para el ejercicio fiscal, citando el impacto de los aranceles estadounidenses y la escasez de semiconductores. La presión competitiva se agrava con la competencia de fabricantes chinos, lo que ha llevado a Honda a perder cuota de mercado en Asia y a enfrentar una caída en ventas en la región. Estos casos evidencian la vulnerabilidad de la industria automotriz mexicana, fuertemente orientada a la exportación, ante las políticas comerciales proteccionistas de su principal socio comercial.