La industria de vehículos pesados, que por décadas creció bajo las reglas del libre comercio, ahora se enfrenta a un reajuste forzado. Javier Valadez, director de operaciones de Kenworth Mexicana, explicó que el cumplimiento del valor de contenido regional del T-MEC es crucial. “Hay un criterio que es si cumples con valor de contenido regional T-MEC, sólo te cobro sobre lo no americano. Si no cumples es sobre todo el vehículo”, señaló.

Kenworth, que se surte de componentes de Texas, Washington y Ohio, se considera “blindada” ante los aranceles, aunque su producción en Mexicali ya registró una caída del 7.3%. Por su parte, Marcela Barreiro, CEO de Daimler Truck México (matriz de Freightliner), reconoció que, aunque el impacto es “controlable” debido a que sus componentes son mayoritariamente de América, “hay afectación siempre que hay aranceles”. Freightliner, que exporta el 92.9% de su producción a Estados Unidos, ha buscado incrementar su proveeduría local desde la pandemia, una tendencia que ahora se acelera por el entorno arancelario. Esta reconfiguración productiva es una respuesta directa a un entorno comercial que ha modificado el equilibrio que mantenía la industria, obligando a las empresas a ser más estratégicas en su integración regional para mantener la competitividad.