El impacto fue inmediato y severo.
Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en octubre de 2025, la producción de vehículos pesados se contrajo un 58.8% y las exportaciones cayeron un 55.3% en comparación con el mismo mes del año anterior, marcando el volumen más bajo en cuatro años. La situación fue tan crítica que cinco de las ocho armadoras en el país, incluyendo Hino, Dina y Volkswagen, reportaron cero unidades exportadas en dicho mes. Rogelio Arzate, presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT), describió el resultado como un reflejo de “un entorno de mercado más retador”.
Las empresas están reajustando sus operaciones para mitigar el impacto, priorizando el contenido regional del T-MEC para reducir la base sobre la cual se aplica el arancel. Marcela Barreiro, CEO de Daimler Truck México, fabricante de Freightliner, señaló que aunque hay afectaciones, los aranceles son “controlables” si se cumple con el contenido regional. Sin embargo, la industria, que representa hasta el 1.5% del PIB manufacturero, enfrenta una coyuntura de costos adicionales y menores márgenes de ganancia.













