Esta acción busca frenar la entrada masiva de azúcar extranjera, principalmente de Centroamérica y Brasil, que según los productores ya ha introducido más de un millón 200 mil toneladas al mercado, provocando el desplome de los precios. Sin embargo, la medida ha generado un debate entre los productores cañeros.

Organizaciones como la Unidad Cañera Democrática y el Movimiento Rural Nueve de Septiembre han realizado bloqueos y protestas, argumentando que el arancel es insuficiente y llega tarde. Sostienen que “el daño ya está hecho” y exigen un subsidio adicional de 300 pesos por tonelada para compensar las pérdidas de las zafras recientes, donde el precio por tonelada cayó drásticamente. Tras las movilizaciones, la Secretaría de Agricultura (Sader) acordó instalar una mesa de trabajo para definir un plan de rescate, aunque la demanda del subsidio directo no fue aprobada de inmediato.