Esta política proteccionista está obligando a los principales fabricantes a reconfigurar sus operaciones y cadenas de suministro.
El arancel afecta directamente a gigantes de la industria como Kenworth, Freightliner e International, cuya producción en México depende en gran medida del mercado estadounidense, al cual exportan entre el 76% y el 93% de sus vehículos. Kenworth, por ejemplo, reportó una caída del 7.3% en su producción entre enero y agosto de 2025 en su planta de Mexicali. La medida encarece los insumos y reduce los márgenes de ganancia, generando una presión considerable sobre un sector que representa hasta el 1.5% del PIB manufacturero del país.
Como respuesta, las empresas están implementando ajustes estratégicos, como la reconfiguración de sus cadenas de suministro para priorizar un mayor uso de componentes norteamericanos.
Esta táctica busca cumplir con las reglas de contenido regional del T-MEC, lo que permitiría mitigar el impacto del arancel. Marcela Barreiro, CEO de Daimler Truck México (fabricante de Freightliner), señaló que los aranceles son “controlables” si se cumple con dicho contenido regional, lo que sugiere que la adaptación es posible, aunque costosa. El sector, que posiciona a México como el principal exportador mundial de tractocamiones, ahora debe navegar en un entorno comercial más restrictivo, equilibrando los costos adicionales con la necesidad de mantener la calidad y la competitividad en su principal mercado de exportación.













