La coyuntura internacional actual presenta complejidades significativas para las empresas transnacionales que operan en México.

Por un lado, el incremento de aranceles implica mayores costos de producción, lo que reduce los márgenes de ganancia y la competitividad en el mercado de exportación. Por otro lado, la reforma laboral que propone reducir la jornada de trabajo, aunque busca mejorar las condiciones de los empleados, representa un desafío para la productividad. En sectores como el automotriz, donde la capacitación en seguridad industrial, calidad y operación de maquinaria es vital, la disminución del tiempo de trabajo implica tener menos horas disponibles tanto para la producción como para la formación del personal. Esta situación es particularmente delicada para la industria automotriz de Guanajuato, que emplea a más de 145,000 personas y cuya cadena de suministro es un referente nacional. La combinación de una menor producción debido a los aranceles, que ya ha derivado en una disminución de los ingresos de los trabajadores por la reducción de horas extra, y la posible pérdida de productividad por la reforma laboral, genera una gran preocupación entre los gremios industriales y las instituciones públicas.

El desafío es encontrar un equilibrio que permita mantener la competitividad y atraer inversión, mientras se atienden las demandas laborales.