Sin embargo, la industria armadora advierte que esta política podría paralizar la producción.

El foco principal de la preocupación son las pantallas táctiles digitales de los vehículos modernos, cuyos componentes provienen mayoritariamente de China. Empresas como Aumovio, que produce pantallas para marcas como Ford, han manifestado su dependencia de estas complejas cadenas de proveeduría, señalando que buscar nuevos proveedores tomaría años y aumentaría considerablemente los costos. Más del 80% de la electrónica automotriz que llega a México proviene de Asia, y el país no cuenta con la capacidad para fabricar estos componentes. Los expertos proyectan tres posibles escenarios si los aranceles entran en vigor: un incremento en los precios de los autos nuevos fabricados en México, paros técnicos en las líneas de producción por falta de abasto y una posible fuga de inversiones hacia países con cadenas de suministro más estables.