La industria, un pilar de la exportación nacional, enfrenta mayores costos y una creciente incertidumbre comercial. Desde noviembre de 2025, la administración del presidente Donald Trump implementó un arancel del 25% a camiones de carga y vehículos pesados exportados desde México, sumado a gravámenes sobre el acero y el aluminio que alcanzan hasta el 50%. Estas medidas proteccionistas han comenzado a impactar a los gigantes del sector como Kenworth, Freightliner e International, que durante décadas se beneficiaron de la integración comercial del T-MEC. Kenworth, por ejemplo, reportó una caída del 7.3% en su producción en la planta de Mexicali entre enero y agosto de 2025. Otras empresas como Freightliner (filial de Daimler Truck) e International, que exportan hasta el 93% de su producción a Estados Unidos, enfrentan costos adicionales y márgenes de ganancia reducidos.

En respuesta, las compañías están adaptando sus estrategias.

Algunas, como la empresa Conduit en Frontera, han optado por sacrificar el precio de venta para no perder mercado. De manera más general, las armadoras están reconfigurando sus cadenas de suministro para incrementar el uso de insumos norteamericanos y cumplir con las reglas de contenido regional del T-MEC, lo que les permite obtener exenciones parciales. Javier Valadez, director de operaciones de Kenworth Mexicana, explica que si se cumple con el valor de contenido regional, el arancel se cobra solo sobre la parte no estadounidense. Otras estrategias incluyen la diversificación de mercados hacia América Latina y Europa y un mayor consumo de insumos locales, como reporta el Grupo Empresarial Camarguense. A pesar de los desafíos, la industria, que representa hasta el 1.5% del PIB manufacturero, mantiene un optimismo cauto, esperando que la revisión del T-MEC brinde mayor certidumbre.