Esta estrategia se intensificó cuando los aranceles dificultaron mantener precios estables.

De manera similar, General Motors emitió una orden para reducir los vínculos de sus proveedores con el país asiático, fijando para algunos un plazo hasta 2027. La iniciativa de GM se centra en piezas y materiales para vehículos fabricados en Norteamérica, donde la compañía produce la mayoría de sus unidades a nivel mundial. Aunque se prefiere el abastecimiento en la región, la empresa está abierta a proveedores fuera de Estados Unidos, excluyendo a países con restricciones comerciales como China, Rusia y Venezuela. Este movimiento de desvinculación de China, donde se fabrican numerosos componentes desde baterías hasta piezas moldeadas, refleja una tendencia de la industria para fortalecer la resiliencia de sus cadenas de suministro y adaptarse a un entorno geopolítico cambiante.