La medida responde a los nuevos aranceles impuestos por Estados Unidos al acero, aluminio y vehículos pesados, que presionan los costos y la competitividad del sector. La industria de vehículos pesados, que representa hasta el 1.5% del PIB manufacturero de México, enfrenta un entorno complejo debido a las políticas comerciales de Estados Unidos. Un arancel del 25% a los camiones fabricados en México que no cumplen con las reglas de contenido regional ha obligado a las empresas a reaccionar.
Kenworth, por ejemplo, reportó una caída del 7.3% en su producción entre enero y agosto de 2025, afectada por el encarecimiento de insumos. Por su parte, Freightliner (Daimler Truck) e International, que exportan un 92.9% y un 76% de su producción a EE.
UU. respectivamente, enfrentan costos adicionales.
Marcela Barreiro, CEO de Daimler Truck México, señaló que los aranceles son “controlables” si se cumple con el contenido regional del T-MEC, pero reconoció que existe una afectación.
En respuesta, las armadoras están reconfigurando sus cadenas de suministro, priorizando insumos norteamericanos y ajustando sus líneas de producción. Javier Valadez, de Kenworth Mexicana, explicó que su empresa está “blindada” relativamente gracias a que su planta en Mexicali se surte de componentes de fábricas en Texas, Washington y Ohio. A pesar de la contracción del mercado, la industria mantiene una visión de largo plazo, esperando que la incertidumbre arancelaria se resuelva en la próxima revisión del T-MEC.







