A medida que se acerca la revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) en 2026, diversos sectores industriales y analistas financieros señalan la negociación como el principal riesgo económico para México. Los aranceles, en particular los de la Sección 232, y las reglas de origen automotrices se perfilan como los puntos más contenciosos de la agenda. La Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) considera que la regla de origen para la fabricación de vehículos, junto con temas laborales y aduaneros, serán los principales puntos de discusión. Rogelio Garza, presidente de la AMIA, mencionó específicamente la búsqueda de mecanismos para eliminar las tarifas fijadas bajo la Sección 232. Por su parte, la Industria Nacional de Autopartes (INA) ha exhortado a no modificar las reglas de origen automotrices, argumentando que los ajustes del tratado actual aún están en transición.
Desde el sector financiero, la firma Franklin Templeton califica la revisión como el principal riesgo para 2026, aunque estima que “pasaría sin mayores problemas” y que se podrían ver algunas concesiones arancelarias para México. El tema también es una prioridad para el sector empresarial; José Medina Mora, candidato único para presidir el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), ha prometido acompañar al gobierno en la revisión para mantener un acuerdo que ha sido “fundamental en el desarrollo del país”.
La incertidumbre jurídica generada por reformas internas en México, como la del Poder Judicial, también añade complejidad, con conglomerados como Grupo Salinas advirtiendo que estas decisiones envían “señales de incertidumbre” de cara a la renegociación.
En resumenLa próxima revisión del T-MEC en 2026 es vista como una fuente de riesgo e incertidumbre económica, con los aranceles y las reglas de origen en el centro del debate. Tanto la industria automotriz como el sector empresarial en general se preparan para negociaciones complejas que serán clave para la competitividad de México.