Por un lado, la inflación medida por el CPI, aunque repuntó, se mantuvo en línea con las previsiones del consenso, aliviando temores de una escalada de precios. Sin embargo, el dato más influyente fue el “grave deterioro del mercado laboral”, evidenciado por las solicitudes de subsidio por desempleo que alcanzaron su nivel más alto en casi cuatro años.

Paradójicamente, esta mala noticia para la economía fue interpretada como una buena noticia para los mercados, ya que refuerza la expectativa de que la Reserva Federal se verá obligada a intervenir. Como señalaron los especialistas de Monex, “los inversionistas reafirmaron sus expectativas de recortes por parte de la Reserva Federal en sus últimas tres reuniones del año”. Esta dinámica, donde los signos de debilidad económica alimentan la esperanza de estímulos monetarios, dominó el sentimiento del mercado al cierre de la semana, explicando la cautela y los movimientos mixtos observados.