Este avance tuvo un efecto dominó en los mercados cambiarios: el euro se depreció un 0.21% y la libra esterlina perdió un 0.25%. Para México, esto significó un freno en la racha positiva de su moneda. El peso mexicano, que recientemente había marcado un máximo anual de 18.43 unidades, abrió en los mercados internacionales alrededor de 18.50 pesos por dólar, lo que representa una depreciación del 0.16% respecto a la jornada previa, según datos de Bloomberg. En el ámbito de las criptomonedas, el bitcoin mostró un comportamiento opuesto, con un avance del 0.92%, manteniendo el apetito de los inversionistas. En el mercado de materias primas, el movimiento más destacado fue el del petróleo. El precio del crudo estadounidense WTI subió un 1.8%, una reacción directa a la propuesta de Estados Unidos al G7 de imponer aranceles de hasta el 100% a China e India por sus compras de petróleo ruso. Esta medida, diseñada para presionar a Rusia, subraya cómo las tensiones geopolíticas continúan siendo un factor crucial en la determinación de los precios energéticos.

Otros metales también registraron alzas, aunque más moderadas, con el oro y el cobre subiendo un 0.2% cada uno.