Según datos de la Reserva Federal de Nueva York, la deuda total de los hogares en Estados Unidos escaló a 18.39 billones de dólares en el segundo trimestre de 2025. De manera particular, la deuda en tarjetas de crédito alcanzó la cifra de 1.21 billones de dólares, aumentando 27 mil millones en solo tres meses.

Esta situación se agrava por una inflación que no cede.

Aunque el índice de precios general mostró un aumento anual del 2.7%, la inflación subyacente, que excluye alimentos y energía y es un mejor indicador de tendencias, alcanzó un 3.1% anual, su nivel más alto en seis meses. Esta persistencia en el alza de precios significa que "millones de familias sienten que su dinero alcanza menos", creando una clara paradoja entre la celebración en Wall Street y la presión financiera en los hogares. Los altos tipos de interés hacen que el costo de mantener deudas sea históricamente elevado, lo que merma la capacidad de ahorro e inversión de las personas. Este escenario de desconexión entre los mercados financieros y la economía real subraya la importancia de una gestión financiera personal estratégica para navegar un entorno donde la prosperidad no se distribuye de manera uniforme.