Esta medida era ampliamente anticipada, por lo que se describió como un movimiento que “el mercado ya descontaba”. Sin embargo, el impacto se sintió principalmente en el mercado de divisas.

La decisión provocó una corrección que llevó a un fortalecimiento del dólar estadounidense, cuyo índice ponderado avanzó un 0.42 %. La fortaleza de la divisa estadounidense se vio además respaldada por la señal de la Fed de que “podrían hacer un recorte total de 50 puntos base antes de que termine el año”, lo que generó un reajuste en las posiciones de los inversionistas. Este escenario fue el principal factor detrás de la depreciación del peso mexicano y de otras divisas principales como el euro y la libra, que perdieron 0.36 % y 0.5 % respectivamente frente al billete verde. Al mismo tiempo, el cumplimiento de las expectativas de la Fed contribuyó a una apertura positiva en Wall Street.