Esta pérdida de terreno se debió a dos factores principales. A nivel interno, la publicación del dato de inflación de la primera quincena de septiembre, aunque dentro del rango objetivo de Banxico, reforzó las expectativas de que el banco central recortará su tasa de interés de referencia esta semana. Un recorte de tasas resta atractivo al peso en operaciones de “carry trade”, como señaló el analista Felipe Mendoza de ATFX LATAM: “la débil inversión y un consumo todavía frágil refuerzan la expectativa de que Banxico opte por priorizar estímulos en lugar de defender el tipo de cambio”. A nivel externo, el dólar se fortaleció globalmente frente a una cesta de divisas.

Este movimiento fue una reacción a las declaraciones del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, quien mostró un tono cauto sobre una mayor flexibilización monetaria en Estados Unidos. Con este resultado, el peso mexicano hiló dos jornadas a la baja, aunque en la comparación anual aún refleja una apreciación significativa.