La divisa mexicana concluyó las operaciones internacionales alrededor de los 18.47 pesos por dólar, llegando a cotizar hasta en 18.5052 en el mercado spot, lo que representó una depreciación diaria de entre 0.27% y 0.42%, equivalente a una pérdida de 5 centavos o más. En ventanillas bancarias, el dólar al menudeo alcanzó los 18.95 pesos a la venta en sucursales de Banamex. Este retroceso se produjo en un contexto de fortalecimiento generalizado del dólar a nivel global, cuyo índice ponderado (DXY) avanzó un 0.69%, ligando dos sesiones de ganancias y alcanzando su mayor nivel en más de un mes.

La presión sobre el peso fue compartida por otras monedas de mercados emergentes y desarrollados, como la corona noruega y el peso chileno. Analistas como Felipe Mendoza de ATFX LATAM explicaron que la reacción del peso también fue de carácter técnico, ya que la decisión de Banxico de recortar su tasa de interés ya estaba “descontado por el mercado”. La combinación del factor externo, relacionado con la expectativa de una política monetaria menos laxa por parte de la Reserva Federal, y el factor interno del recorte de tasas en México, creó un escenario adverso para la moneda nacional, reflejando su sensibilidad a los flujos de capital y al sentimiento de riesgo global.