Este crecimiento, el más rápido en casi dos años, fue apuntalado por una corrección al alza en el consumo privado.

Este dato, sumado a un reporte de peticiones semanales de subsidio por desempleo que resultó mejor de lo esperado, pintó un cuadro de una economía resistente. La reacción en los mercados fue un fortalecimiento del dólar, cuyo índice DXY alcanzó nuevos máximos de un mes, y un aumento en los rendimientos de los bonos del Tesoro.

Esta fortaleza económica, si bien es positiva, complica el panorama para la Reserva Federal, ya que sugiere que podría haber menos urgencia para recortar las tasas de interés. La expectativa de que la Fed sea menos agresiva con su ciclo de recortes influyó en el desempeño negativo de los mercados de capitales a nivel global, incluyendo Wall Street, durante varias sesiones de la semana.