La búsqueda de activos de refugio no se limitó al oro, ya que otros metales preciosos como la plata, el platino y el paladio también registraron avances significativos, alcanzando niveles no vistos en años. Este rally generalizado fue impulsado por la debilidad del dólar, la incertidumbre fiscal en Estados Unidos y una creciente escasez en los mercados físicos. La plata destacó al tocar su nivel más alto desde 2011, superando los 45 dólares por onza la semana pasada y negociándose con un alza del 1.8% para alcanzar los 46.90 dólares. Por su parte, el platino subió un 1.9%, ubicándose por encima de los 1,600 dólares por onza por primera vez desde 2013.
El paladio no se quedó atrás, avanzando hasta un 2.9% para tocar su nivel más alto desde julio.
Este comportamiento se debe a una confluencia de factores. Al igual que el oro, estos metales se benefician de la caída del dólar y de un entorno de posibles recortes de tasas de interés. Sin embargo, su alza también se ve agravada por una "escasez sin precedentes" en los mercados físicos, lo que ha generado preocupación por la disminución de las existencias disponibles en centros clave como Londres. Las tasas de arrendamiento, que reflejan el costo de pedir prestado el metal a corto plazo, se han disparado muy por encima de sus niveles normales. Analistas de Citigroup señalaron que nuevas preocupaciones sobre la posible inclusión de metales del grupo del platino en investigaciones comerciales de Estados Unidos han exacerbado la escasez, aumentando la probabilidad de que el paladio quede sujeto a aranceles de importación.
En resumenMás allá del oro, la plata, el platino y el paladio también experimentaron un fuerte repunte, alcanzando máximos de varios años. Sus precios fueron impulsados por la misma búsqueda de refugio que benefició al oro, pero también por una notable escasez en el mercado físico que agrava la presión alcista.