El paladio no se quedó atrás, avanzando hasta un 2.9% para tocar su nivel más alto desde julio.

Este comportamiento se debe a una confluencia de factores. Al igual que el oro, estos metales se benefician de la caída del dólar y de un entorno de posibles recortes de tasas de interés. Sin embargo, su alza también se ve agravada por una "escasez sin precedentes" en los mercados físicos, lo que ha generado preocupación por la disminución de las existencias disponibles en centros clave como Londres. Las tasas de arrendamiento, que reflejan el costo de pedir prestado el metal a corto plazo, se han disparado muy por encima de sus niveles normales. Analistas de Citigroup señalaron que nuevas preocupaciones sobre la posible inclusión de metales del grupo del platino en investigaciones comerciales de Estados Unidos han exacerbado la escasez, aumentando la probabilidad de que el paladio quede sujeto a aranceles de importación.