Los inversionistas y operadores apuestan a que la debilidad económica que podría derivarse de una parálisis gubernamental en Washington presionará a la Fed para que adopte una postura monetaria más laxa. Datos laborales más débiles, cuya publicación podría verse amenazada por el cierre, reforzarían el argumento para recortes de tasas en la próxima decisión de política monetaria en octubre.
Esta perspectiva tiene varias consecuencias directas en los mercados. En primer lugar, debilita al dólar, ya que tasas de interés más bajas reducen el rendimiento de los activos denominados en esa moneda. En segundo lugar, aumenta el atractivo de los metales preciosos como el oro, que no pagan intereses y se vuelven más competitivos en un entorno de tasas bajas. En tercer lugar, impulsa a los mercados de acciones, especialmente a los valores de crecimiento como los del sector tecnológico, ya que un costo de capital más bajo favorece la inversión y la expansión. Aunque algunos funcionarios de la Fed, como la presidenta de la Fed de Cleveland, Beth Hammack, han manifestado la necesidad de mantener una política restrictiva, el sentimiento general del mercado se inclina hacia una mayor relajación monetaria, con el presidente Jerome Powell insinuando que podrían darse dos recortes antes de fin de año.













