Este notable repunte fue impulsado principalmente por la inestabilidad política en Estados Unidos, la debilidad del dólar y las expectativas sobre la política monetaria de la Reserva Federal.

El metal precioso cerró septiembre con un desempeño sobresaliente, registrando una ganancia mensual de hasta el 11.9% y un repunte cercano al 17% desde los mínimos de agosto, llegando a cotizar en niveles récord como 3,870 y 3,881 dólares. La demanda se intensificó debido al temor de un cierre del gobierno estadounidense, lo que llevó a los inversionistas a protegerse en activos considerados seguros. Felipe Mendoza, analista de mercados de ATFX LATAM, explicó que la decisión de la Reserva Federal de recortar su tasa en 25 puntos base también contribuyó al debilitar al dólar y reducir los rendimientos reales de los bonos del Tesoro, fortaleciendo así la demanda del metal. Los flujos hacia los fondos cotizados (ETF) respaldados por oro alcanzaron niveles no vistos desde 2022, lo que refleja una clara tendencia de búsqueda de seguridad.

Con un acumulado anual del 45%, el oro se encamina a registrar su mejor año en 46 años, demostrando su valor como cobertura contra la volatilidad y la incertidumbre económica y fiscal.