Estos factores han aumentado la especulación sobre una posible desaceleración económica que requeriría una política monetaria más laxa.

El informe de la procesadora de nóminas ADP reveló que el empleo en el sector privado de Estados Unidos se contrajo inesperadamente en 32,000 puestos en septiembre, una cifra muy por debajo del aumento de 45,000 que pronosticaban los economistas. Este dato negativo aumentó el temor a que el mercado laboral se esté deteriorando. A esto se suma el cierre gubernamental, que no solo amenaza con retrasar la publicación de datos oficiales clave, sino que también podría agravar la situación laboral. La analista Gabriela Siller señaló que el gobierno podría aprovechar la parálisis para despedir personal, "lo que implica un mayor deterioro del mercado laboral y eleva la probabilidad de que la Reserva Federal recorte la tasa de interés en los próximos meses". Como resultado, los inversionistas han aumentado sus apuestas por una acción inminente de la Fed. La herramienta FedWatch de CME llegó a descontar con un 99% de probabilidad un recorte de 25 puntos base en la reunión de octubre y con un 86.9% uno adicional en diciembre. Sin embargo, no hay un consenso total, ya que funcionarios como Lorie Logan, presidenta de la Fed de Dallas, han pedido "cautela" con cualquier nueva rebaja, argumentando que la inflación aún supera el objetivo.