Este movimiento fue inicialmente provocado por la guerra comercial de la administración Trump, que generó una "avalancha de activos refugio". Más recientemente, la búsqueda de seguridad ha canalizado flujos récord hacia los fondos cotizados (ETF) respaldados por oro. Simultáneamente, el bitcoin ha alcanzado un nuevo máximo histórico por encima de los 125,000 dólares, posicionándose como un "refugio digital". Los analistas explican que la valoración de activos alternativos como el oro y las criptomonedas refleja una fuga de capital hacia instrumentos resistentes a la volatilidad del dólar. Este fenómeno no es aislado, ya que el auge actual abarca también acciones y bienes coleccionables, indicando una diversificación amplia para proteger el capital.

La consolidación de estos activos como refugios viables sugiere un cambio de paradigma en la gestión del riesgo, donde las opciones digitales y los metales preciosos ganan un peso estratégico en las carteras de inversión a largo plazo.